Se ha observado un aumento de los hurtos y robos con violencia sufridos por este colectivo mediante el método del “abrazo cariñoso”, “amoroso” o “agradecimiento”.
El objetivo final es siempre intentar la búsqueda del contacto físico con la víctima mediante un falso abrazo para sustraerle con habilidad las joyas o la cartera. Las técnicas empleadas y formas de actuar de esta tipología delincuencial, para conseguir el acercamiento físico y falso abrazo, son las siguientes.
Consiste básicamente en un grupo a bordo de un vehículo, compuesto por un hombre, el cual conduce y dos mujeres en el asiento trasero, siendo una de ellas la que se acerca a la víctima utilizando alguna excusa para entablar una conversación y así ganar confianza, preguntando generalmente por la ubicación de algún elemento común de los municipios (hospital, farmacia, centros de salud… etc.) . Posteriormente y como agradecimiento a la información facilitada, la autora abraza a la víctima sustrayéndole pertenencias tales como cadenas, pulseras, anillos o cualquier tipo de joya que la víctima pueda portar, recurriendo en última instancia a la violencia si la situación lo requiere. Una alternativa a este método es el uso de bisutería que los autores ofrecen como agradecimiento a la información facilitada, la cual colocan ellos mismos, agasajando a la víctimas y aprovechando ese instante para sustraer las pertenencias.
Los autores de estos hechos delictivos pueden actuar solos o en grupo de entre dos y cuatro personas, entre las que se encuentran, mujeres, normalmente de países del Este, con aspecto físico aseado, cuidado. Abordan a las personas, especialmente las que van solas, bien en la vía pública o en el acceso a su domicilio (interior de portal, ascensor, etc), frecuentemente, en horario de mañana. Los autores actúan a pie o a bordo de un vehículo, aprovechando la buena voluntad de las personas, abusando de su confianza o valiéndose de la superioridad física en caso de enfrentamiento, no dudando en utilizar la violencia si la situación así lo requiere.
Seleccionan a sus víctimas en función de la facilidad para cometer el delito y del valor de sus efectos personales, siendo por tanto las más afectadas las personas de edad más avanzadas, especialmente las que van solas y las que ostentan joyas (pulseras, cadenas, anillos, etc), otros objetos de valor o que portan cierta cantidad de dinero efectivo tras haberla visto sacar dinero del banco, cajero automático, efectuar compras, etc).