Las llamadas continuadas y reiteradas con intenciones molestas pueden constituir un delito de coacciones. Si padece este problema no dude usted en personarse en su comisaría más cercana para interponer la pertinente denuncia.
Por supuesto que si en esas llamadas se vertiera cualquier tipo de amenaza podría tratarse a su vez de un delito de amenazas y si además se produjera algún insulto o desprecio también podría ser constitutivo de una falta o un presunto delito de injurias.