Disfrazarse de policía en carnavales o en cualquier otra fiesta es habitual y divertido y no constituye ningún delito ni infracción, ahora bien no se te debe subir a la cabeza por mucho uniforme y esposas que te pongas.
Lo que es delito es hacerse pasar de verdad por un agente de policía con alguna intención delictiva (estafas, robos, etc…) o simplemente por hacer “la gracia” identificarse como tal ante otras personas. Debido a ello no se permite la venta a particulares de uniformes reales o de réplicas exactas de los mismos. Ojo también a las replicas de armas de fuego, si pueden dar lugar a equivocación o engaño por su parecido con las reales. Los agentes de la autoridad se las podrán retirar.