Por regla general un menor de edad que no este emancipado debe acudir en compañía de su padre, madre, tutor, cuidador o persona que tenga la custodia para poder presentar una denuncia, lo que no significa que un menor no pueda exponer y relatar unos hechos constitutivos de delito ante los agentes de los que tenga conocimiento o de los que él mismo haya sido víctima.
Los policías con esta información abrirán diligencias o una investigación de oficio, dando cuenta inmediata al juez de guardia o al fiscal de Menores. La excepción la encontramos cuando los menores son víctimas directas de sus padres o tutores, en esos casos su relato de los hechos sí se puede constituir en denuncia desde un primer momento en sede policial o judicial.