Los delincuentes suelen considerarles víctimas propicias para conseguir sus objetivos, tanto por medio de la agresión como del engaño. La realidad es que, proporcionalmente, sufren menos delitos ya que suplen su merma de habilidades funcionales con la experiencia. En la vivienda, intentarán hacerse pasar por supuestos empleados del servicio de suministro (luz, agua, gas…). En la calle, al sacar dinero en efectivo de la sucursal bancaria, sobre todo en fechas próximas al ingreso de la pensión, así como mediante engaños que ofrecen una oportunidad de ganar dinero rápido (timos), ya sea ante los cajeros o a través del teléfono. El mejor consejo es que no dejemos solos a nuestros mayores cuando vayan al cajero.