La cadena de custodia de cualquier prueba u objeto del delito, como es el caso de una huella (ya sea dactilar o de cualquier otro tipo) sigue un estricto proceso. En el mismo figura en primer lugar el agente o agentes que primeramente localizan dicha huella, quién realiza el traslado a dependencias policiales, así como las personas que la almacenan y la custodian.
En caso de que sean necesarios trabajos de laboratorio o investigación con dichas pruebas u objetos, quedará reflejado en el acta correspondiente el departamento y el agente o agentes que las practican. Todo ello, es muy importante destacarlo, quedará incluido en el atestado policial que se entregará a la autoridad judicial competente.