Lo normal es que un menor de edad deba acudir en compañía de su padre, madre, tutor, cuidador o persona que tenga la custodia para poder presentar una denuncia, lo que no quiere decir que un menor no pueda contarle a la Guardia Civil unos hechos que cree que son incorrectos o lesivos para su persona. Lo primero que debería plantearse es el motivo por el que no quiere que sus padres se enteren de lo que le pasa, ya que a pesar de que puedan enfadarse o preocuparse en un primer momento, son las personas en las que más apoyo va a encontrar.