La labor principal del Servicio Aéreo de la Guardia Civil es el apoyo a las unidades de la Guardia Civil para mejorar su capacidad operativa. Desde la creación en 1973 del Servicio de Helicópteros, la Guardia Civil ha venido empleando medios aéreos en múltiples servicios.
En respuesta a las necesidades que han ido apareciendo desde su creación, el Servicio Aéreo se ha ido dotando de helicópteros capaces de desarrollar misiones de rescate, vigilancia, seguridad y transporte. Recientemente, la Guardia Civil dispone también de aviones de vigilancia lejana. Además, el Servicio dispone de una eficiente estructura de medios de apoyo en tierra.
La Guardia Civil también participa en la seguridad del transporte aéreo para lo que dispone de las Unidades de Seguridad de Aeropuertos e instalaciones aeronáuticas.
El Servicio Aéreo tiene por tanto encomendadas misiones heterogéneas. Por un lado está el apoyo desde el aire a las unidades del Cuerpo y, por otro, la seguridad de las instalaciones, pasajeros, y equipajes en el transporte aéreo civil.
Su misión es la organización, empleo y mantenimiento de los medios de vuelo con que cuenta la Guardia Civil y la colaboración con la autoridad judicial en el ámbito de su competencia. A esto se le suma el asesoramiento en materia de policía administrativa en el ámbito aeronáutico a otras unidades del Cuerpo.
El Servicio Aéreo de la Guardia Civil cuenta con bases en A Coruña, León, Oviedo, Logroño, Huesca, Valencia, Baleares, Murcia, Málaga, Sevilla, Rota, Tenerife y Fuerteventura. Cabe destacar que actualmente tiene desplegados dos destacamentos en Mauritania.
Para la labor diaria del Servicio Aéreo se cuenta con helicópteros de los modelos BO-105, BK-117, EC-135 y con aviones del modelo CN-235.