Minería: El resurgir de la minería andaluza
Las explotaciones de la minería metálica en Andalucía, Aguas Teñidas (Huelva) y Cobre las Cruces (Sevilla), principalmente, dan trabajo a 1.630 mineros
Hace ahora treinta años, la minería andaluza vivía inmersa en una crisis que azotaba con inusitada virulencia a la Faja Pirítica Ibérica, la mayor reserva de minerales no férreos de la Unión Europea, codiciada por las grandes civilizaciones, incluidos los ingleses, desde hace 5.000 años. 250 kilómetros largos de tesoros polimetálicos entre la frontera de Huelva con Portugal y Sevilla.
En mayo de 1982 un joven candidato a la presidencia del Gobierno por el PSOE convirtió los tajos en una trinchera para tumbar al Gobierno de la UCD de Calvo Sotelo. Felipe González eligió la mina de Cala, ubicada en el triángulo perfecto de la minería del sudoeste, para mostrar su cara más obrera. Visitó a 28 mineros que celebraban una especie de última cena antes de iniciar una huelga de hambre en defensa de sus puestos de trabajo, amenazados por la primera gran crisis cíclica de la minería mundial.
De allí salió una vieja promesa: “Mientras el Partido Socialista gobierne España esta mina permanecerá abierta”. A partir de ese momento la mina de Cala, que miraba más a Sevilla que a Huelva hasta en su ferrocarril, se convirtió en un símbolo socialista.
El 1 de enero de 2010 cerró definitivamente sus puertas esta explotación de Prerreducidos Integrados del Suroeste de España (Presur) dejando en la calle a 250 trabajadores. Y lo hizo bajo un Gobierno socialista, el de Zapatero. Lo peor no fue eso. Los que lograron mantener su empleo se refugiaron en la vecina explotación de Aguablanca, entre Monesterio (Badajoz) y El Castillo de las Guardas (Sevilla). Allí Río Narcea Gold Mines levantó lo que iba a ser un nuevo imperio similar al de Cobre las Cruces. Pero cerró también el 31 de diciembre de 2011. Las filtraciones al acuífero y a las escorrentías que vierten a los pantanos de Gergal y La Minilla, que abastecen Sevilla, se habían hecho demasiado peligrosas. Así que han iniciado un proyecto de mejora.
Curiosamente las dos explotaciones han cerrado en plena edad de oro de la minería mundial, cuando las grandes multinacionales chilenas, norteamericanas, australianas y canadienses intentan reabrir gran parte de las minas de la Faja Pirítica Ibérica que fueron desapareciendo una tras otra entre 1982 y 2001 hasta no quedar ninguna operativa. Y había nada menos que 80 cortas abiertas hace tres décadas.
En 1982, la Faja Pirítica era una auténtica potencia mundial en minería. Las explotaciones de Río Tinto Minera (RTM), la Compañía Española de Minas de Tharsis (Alosno), La Zarza, San Telmo, Sotiel (Calañas), Valdelamusa, Mina Concepción (Almonaster), Minas de Herrerías (Puebla) y Cala daban trabajo a casi 5.000 mineros. Esa primera crisis de los inicios de la década de los 80 redujo las plantillas a la mitad y se quedaron 2.400 operarios.
Las minas afrontaron poco a poco un imparable declive y una lenta agonía soportando a duras penas unos precios del cobre por los suelos a 1.100 dólares la tonelada (hoy vale 8.500) hasta llegar al final de su ciclo productivo en 1999.
Las últimas en caer fueron Sotiel y Minas de Río Tinto (MRT) que hasta llegó a experimentar una especie de colectivización al convertirse en Sociedad Anónima Laboral (SAL). Antes de caer, Río Tinto Minera le vendió la mina a sus 600 trabajadores al precio de una peseta por acción. Y se fue. El experimento duró un quinquenio hasta que fue a la quiebra por falta de liquidez y ventas de mineral.
Los gobiernos de José María Aznar y de Manuel Chaves pactaron una salida honrosa para los últimos 1.500 mineros de Huelva y Sevilla. Fueron los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y prejubilaciones los que evitaron un enorme conflicto social.
Pero la minería andaluza no se entendería sin lo que supuso el accidente minero de Aznalcóllar.
A partir del mes de abril de 1998, fecha en la que reventó la balsa de Aznalcóllar (Sevilla) y regó con varios millones de metros cúbicos de lodos tóxicos y aguas ácidas de mina la fértil cuenca del Guadiamar, todo cambió. Las imágenes de los bulldozer y excavadoras luchando día y noche para parar la marea negra que amenazaba el corazón de Doñana, la joya medioambiental europea, dieron la vuelta al mundo. Y la minería fue condenada a buscar mejores tiempos en los países llamados del Tercer Mundo. De paso, el modelo sueco que representaba la compañía Boliden-Apirsa también se vino abajo. Aquel accidente retrotrajo la minería al siglo XIX, a la época de la colonización inglesa, alemana y francesa de las minas de la Faja Pirítica.
Una década llevaban paradas las minas, desde 1999. Hasta que en noviembre de 2008 abrió lo que se puede considerar la primera mina moderna: Aguas Teñidas, entre Cortegana y Almonaster (Huelva).
La llegada de la canadiense Iberian Minerals Corp, arropada por el gigante del cobre Trafigura, ha supuesto el renacer de la minería justo cuando España vive la mayor crisis económica jamás contada. Con la gran diferencia de que en 1982 la crisis cerraba minas y ahora parece que las va a abrir. Entonces no había ni emergentes ni nada parecido.
La explotación de Cobre las Cruces (Sevilla) ha supuesto el otro gran hito en la reciente historia minera, que puede volver a escribirse en letras doradas, o mejor, cobrizas, si se cumplen las previsiones y se ponen en marcha los proyectos de Petaquilla Minerals (Lomero-Poyatos, en Cortegana); La Zarza (Ormonde Mining, Calañas) o el enésimo resurgimiento de las minas de Riotinto (Emed Mining). Entre todas crearían 1.500 empleos directos y otros tantos indirectos en plena recesión española y europea.
Andalucía supone el 60% del total nacional de la producción de la minería metálica, con sólo cuatro grandes explotaciones de este tipo. La producción total en minerales metálicos es de 402.000 toneladas/año y unas reservas minerales estimadas en 17,47 millones de toneladas.
Actualmente, en las explotaciones metálicas andaluzas trabajan 1.630 operarios de forma directa y unos 10.500 de forma indirecta. Andalucía representa el 17% de todo el sector minero global a nivel nacional y el 5% de las reservas mundiales.
En Aroche tenemos el mas importante yacimiento de WOLLASTONITA, mineral que remedia suelos y aguas contaminadas por metales pesados debido a la actividad minera. También solucionaría el problema de embalsar las aguas del Odiel (cuando se construya la presa de La Alcolea) poniéndolas en condiciones para el regadío de unas 25.000 hectáreas y pudiendo crear hasta 11.000 puestos de trabajo. A ver si gana el PP las próximas elecciones y hace algo que sería muy positivo para una región tan deprimida.
[...] Fuente: Grupo Joly, 14/02/2012 http://especiales.grupojoly.com/elecciones_andaluzas_2012/wordpress/2012/02/14/mineria-el-resurgir. Ilustración: [...]